fbpx Skip to content

Vecindarios y Comunidad

julio 11, 2020

Artículo creado por:

Karina Zatarain

Hoy en día, muchos académicos aseguran que la globalización y la tecnología nos han alienado de nuestros barrios, creando percepciones del mundo homogéneas; independientes del lugar donde una persona reside. Para una ciudad, este diagnóstico es alarmante. Entre urbanistas, existe un concepto llamado “eficacia colectiva”, que se refiere a los valores compartidos que un barrio promueve, y es uno de los factores claves que determinan los índices de crimen dentro de una colonia. La idea es que entre mayor sea la percepción de formar parte de una comunidad activa y en servicio al bien común, más baja el crimen y la violencia. En cambio, dentro de una sociedad cuyos integrantes se sienten aislados los unos de los otros, existe una inseguridad tanto real como percibida, y la calidad de vida de esa comunidad será baja. 

En la Ciudad de México, la revitalización de las colonias céntricas de la ciudad es un esfuerzo que lleva ya varias décadas. Existen tres factores determinantes para revitalizar un barrio: el sentido de comunidad (identificarte con tu colonia), la cohesión social (estar dispuestos y ser capaces de trabajar en conjunto) y la acción colectiva (llevar a cabo proyectos sociales en beneficio del barrio).

Formar parte de una comunidad fuerte no sólo mejora la calidad de vida de una persona por motivos de seguridad; el anhelo por un sentido de pertenencia es parte de lo que nos hace humanos. Hay investigaciones que sugieren que pertenecer a una comunidad tiene un rol esencial de la felicidad y salud de un individuo. Los vecindarios que tienen una fuerte presencia de comercio local, espacios públicos activos y coaliciones entre vecinos son los que presentan mejores índices de calidad de vida. 


Por otro lado, está la cuestión del embellecimiento físico de las colonias — la restauración de sus edificios patrimoniales, el mantenimiento en sus espacios públicos y verdes, la limpieza e iluminación de sus avenidas. En ‘La Arquitectura de la Felicidad’, Alain de Botton argumenta que la tarea principal de la arquitectura es funcionar como un recordatorio elocuente de nuestro potencial humano. A pesar de que muchos arquitectos y diseñadores se muestran reticentes a hablar de “belleza”, es innegable que la calidad de los ambientes que nos rodean influyen positivamente sobre nuestra felicidad. Mientras el mundo se transforma cada vez más velozmente, será importante recordar que aún existe un mundo fuera de nuestras pantallas, y que ahí es donde se construye la verdadera calidad de vida.