fbpx Skip to content

Movilidad social: “Progresar en México es un obstáculo tras otro”

noviembre 18, 2020

Artículo creado por:

Sofia Morfin

La movilidad social se refiere al movimiento de las personas de un nivel socioeconómico a otro. La prosperidad de un país está ligada al desplazamiento de las personas entre estratos socioeconómicos; se puede decir que, a mayor movilidad social, mayor prosperidad. La baja movilidad social en México es un reflejo de la desigualdad en las oportunidades pues el progreso de las personas depende más de su condición socioeconómica de origen que del esfuerzo y mérito propios.

Este tema nos concierne a todos: habla del país que estamos construyendo y de las oportunidades que en él creamos. Para conocer más al respecto, entrevistamos a Mary Carmen Ojeda, Maestra de Economía Internacional y Desarrollo por la Universidad Complutense de Madrid, cuenta con estudios de Administración Pública y ha dedicado su vida profesional al sector hacendario. Actualmente, elabora un trabajo de investigación para identificar qué factores determinan que exista una movilidad social educativa ascendente entre una generación (padres) y otra (hijos) en México.

Pregunta. ¿Cómo se mide la movilidad social?

Respuesta. La analizamos de dos formas. La primera esla movilidad absoluta que se mide de generación en generación, a nivel sociedad. La segunda es la movilidad relativa que se mide en relación con el hogar de origen. Esto es, cuál es tu nivel socioeconómico respecto al de tus padres, eso nos muestra si cambiaste o no de estrato social a lo largo de tu vida. Normalmente dividimos los estratos sociales en cinco niveles. México en el nivel 1 es muy chiquito, mientras que el nivel 3, 4 y 5 se encuentra la mayor parte de la población, donde se vive bastante pobreza. En cambio, si miramos Noruega probablemente tendrán niveles del 1 al 4 homogéneos con un nivel 5 por ahí perdido.

Crédito: Ryoji Iwata

P. ¿Qué tamaño debería tener cada nivel para que una sociedad funcione mejor?

R. La cuestión importante no es cuál es la mejor distribución social, sino que una mejor sociedad se mide en función de que cada estrato tenga siempre la oportunidad de brincar al siguiente nivel a través del esfuerzo y del talento. No dependiendo de tu color de piel, o de si te crió una madre soltera, o de si formas parte de una comunidad indígena.

P. ¿Cómo se ve un país con movilidad social más alta? ¿Qué diferencias notaríamos?

R. Se notaría desde la escuela. No habría necesidad de que los padres gastarán en escuelas privadas, todos asistiríamos a escuelas públicas donde recibiríamos educación de la misma calidad. De hecho, en una sociedad tan inequitativa como México, se notaría incluso en la diversidad racial. Es difícil encontrar en ciertos círculos de clase alta personas con rasgos no europeos, esto es muy característico de Latinoamérica. La movilidad la veríamos en la diversidad entre nuestros compañeros de clase.

P.  ¿Y en el trabajo?

R. Creo que el problema del mercado laboral mexicano está en que se mueve por contactos. No existe una estructura en la que se pueda aplicar a un puesto en cualquier empresa. En un país con igualdad de oportunidades llenaríamos aplicaciones en línea y seguiríamos procesos establecidos parejos, sin importar si venimos de escuela privada o pública. ¿Y qué pasa? Que las vacantes ni siquiera están en internet o en el periódico, sino que se mueven a través de conocidos, que casualmente son personas con el mismo contexto educativo ventajoso.

Crédito: Dylan Nolte

P. O sea que ¿el valor curricular empieza desde la prepa?

R. Es que si lo piensas, la sociedad en México es un obstáculo tras otro obstáculo. Si naces pobre tienes un 50% de probabilidades de quedarte pobre. Luego vas a una escuela con poco valor curricular. Súmale a eso que somos racistas y tu color de piel puede jugarte en contra. Tu universidad no tiene prestigio, otro tope. La gente nace condicionada a quedarse en el lugar donde nació o a moverse muy poquito. Son tan raros los casos de personas pobres que hacen aportaciones científicas que inmediatamente aparecen en los noticieros.

P. En cuanto a las políticas públicas, ¿existen algunas probadas que aumenten la igualdad de oportunidades?, ¿México está poniendo alguna de estás en práctica?

R. Hasta hace poco existía el programa Prospera (antes Oportunidades), era una ayuda económica a madres condicionada a que enviaran a sus hijos a la escuela. Fue muy exitoso porque elevó los niveles de estudios de los niños de las comunidades que eran parte del programa. Ahorita en México existen muchas becas de la Sedesol, pero para que las políticas de transferencias de dinero tengan éxito la ayuda siempre debe ser condicionada. También la reforma educativa si se logra implementar tendría un impacto positivo, pero el problema sigue siendo más estructural.

P. ¿Identificas algo que podamos hacer como individuos para mitigar estas desigualdades sociales o es algo que sólo puede impulsarse a través de mejores normativas?

R. Es una combinación de las dos cosas. Es fundamental la intervención del gobierno para generar igualdad de oportunidades de una forma efectiva y más rápida, pero como sociedad también hay que cambiar. Una persona del quintil 5 tiene escasas oportunidades, pero existen. La gente debe seguir esforzándose porque sí que pueden mejorar sus condiciones. Por el otro lado, las personas que están del lado bueno de la balanza deben cambiar de mentalidad. Olvidarse de la idea de que lo privado es mejor que lo público. Incluso fijarse cuotas para ampliar los perfiles educativos de sus empleados. No poner atención al origen de la gente a la hora de contratar, sino únicamente a sus capacidades.