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La arquitectura de los residuos

enero 26, 2022

Artículo creado por:

 Photo by:Yong Gwan Kim

La reutilización y el reciclaje cada día son más relevantes en el sector construcción. Esta tendencia nace como respuesta al enorme consumo de energía y generación de desechos de una obra de arquitectura. Los elementos constructivos hechos a partir del reciclaje de objetos y materiales antiguos –que se reestructuran para cumplir una nueva función– son una oportunidad única para que diseñadores y arquitectos se involucren en los procesos de reciclado y la industria constructiva emprenda camino hacia un futuro sostenible y responsable.

Específicamente, dentro del campo de la arquitectura y la ingeniería lo más común es recuperar parcialmente un edificio preexistente o reciclar algunos de sus elementos tras su demolición y que más tarde los materiales se empleen en las estructuras o en las fachadas exteriores de la nueva obra. Es importante recordar que el sector construcción es responsable del 40% de las emisiones de CO2 a nivel global. El problema de la construcción es que sigue un modelo lineal: extracción, producción, construcción, uso y demolición. Cuando se considera que el edificio ya no es de utilidad, sus materiales se destruyen y se convierten en escombros que no dejan de acumularse. Es momento de convertirlo en un modelo circular donde los desechos sustituyan, aunque sea parcialmente, los procesos masivos de extracción de materiales.

DESARMAR VS DEMOLER

Por años la demolición fue el signo del progreso, pues derribaba aquello que es obsoleto. Ahora las cosas han cambiado y tenemos que descifrar cómo reciclar los edificios. Una opción es sustituir la demolición por el desarmado: una técnica para identificar las piezas de los inmuebles que pueden desmontarse y rescatarse para otros edificios. Reutilizar en muchos casos tiene un menor impacto ambiental que reciclar. El proceso de desarmar es minucioso y algunos materiales son de cualquier forma irrescatables, por esto las desarrolladoras, siempre presionadas por acortar tiempos para incrementar retornos, optan normalmente por la demolición. Demoler es lo más barato y eficiente para los inversionistas, pero lo más caro para el planeta. Aunque la demolición termine siendo necesaria, un previo análisis de lo que hay permitirá reducir la huella, al menos en parte. Además, reutilizar partes de los edificios nos permite conservar vestigios de la herencia arquitectónica de la zona o ciudad.

Para que el desmontaje sea cada vez más viable es necesario pensar en cómo facilitarlo desde el inicio del proyecto, optando por uniones mecánicas de los materiales bajo el concepto “diseño para desmontar”. Encontrar soluciones en todo el ciclo es la forma de revertir la lógica unidireccional de consumo-disposición y promover una economía circular. Algo que los arquitectos de hoy entienden mejor que nunca es: aunque nada es para siempre, todo deja un impacto. Y hay mucho por hacer para reducir ese impacto.

Photo by: Fundación Ecoinclusión

MATERIALES RECICLADOS

Los materiales de construcción más comunes hoy cuentan con alternativas reciclables: el cemento, los metales, el vidrio, el ladrillo y los plásticos se pueden producir de alguna forma con material utilizado anteriormente, y este proceso de producción reduce la carga energética y las emisiones hasta en un noventa por ciento (en la mayoría de los casos). Por ejemplo, el acero puede ser indefinidamente reciclado sin ninguna pérdida de calidad (multiciclo) y puede volver a su origen una vez que se ha utilizado, manteniendo sus propiedades.

Además de los desechos de construcción, otros materiales comunes cuya función inicial no estaba ligada a la construcción como llantas, latas, tuberías o botellas desechables también se han insertado en nuevos contextos con excelentes resultados.

Photo by: Jordi Surroca

APROVECHAR LO QUE HAY EN SITIO

Otra tendencia popular con respecto a los materiales de construcción reciclados es el uso de materiales proporcionados por el sitio. Los diseñadores ambientales continuamente reemplazan los paisajes naturales con un entorno propio construido. Hoy se construye embelleciendo y aprovechando el entorno natural de una manera responsable. Por ejemplo, los arquitectos de inFORM investigaron el sitio para la Biblioteca de Ann Arbor y descubrieron que los fresnos del bosque circundante estaban siendo destruidos por insectos y podían recuperarse para ser utilizados en varias superficies dentro del edificio. Cuando un sitio tiene poco que ofrecer, los diseñadores han comenzado a buscar dentro de otros entornos demolidos cercanos. Es importante que sean cercanos para reducir las emisiones por transporte.