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Dirigido por Eduardo Cadaval y Clara Solá-Morales, el despacho de arquitectura Cadaval & Solà Morales fue fundado en Nueva York en el 2003 y reubicado en Barcelona en el 2005. Su trabajo, caracterizado por una atención meticulosa al paisaje y contexto social que rodea los emplazamientos, ha formado parte de distintas exposiciones en Europa, Asia y América, como en la Bienal de Arquitectura de Venecia, la Bienal Barbara Capocchin y la Bienales de Arquitectura de España, México e Iberoamérica.
En la Ciudad de México, han realizado trabajo de regeneración urbana mediante la remodelación y reactivación de distintos edificios patrimoniales, como Córdoba 125 y Chihuahua 139 en la colonia Roma. Recientemente terminaron el diseño de un nuevo edificio frente al monumento Torre del Reloj, en la intersección de la histórica avenida Bucareli y la calle Emilio Dondé.
En esta entrevista, platicamos con el par acerca de las intenciones detrás de su arquitectura, la importancia de densificar los centros de las ciudades y las diferencias y retos que han encontrado en los distintos contextos donde se ubican sus obras.
- ¿Qué valores o intenciones resaltan en su trabajo?
Con nuestra arquitectura siempre intentamos crear soluciones sintéticas. Creemos que cuando algo se hace a través de la síntesis, toma más fuerza. Por eso nos interesa crear edificios que se depuran hasta llegar a su esencia, volviéndose cosas más sencillas, aunque no simples. A través de la sencillez, la solución toma más fuerza y logra hacer más con menos.
- ¿Qué líneas comunes se pueden ver entre sus distintos proyectos?
Nos pasa que trabajamos entre Europa y México, y también estamos ligados a la academia americana, y hay grandes diferencias entre cada situación. Intentamos responder con una sola actitud a todas estas posturas, y lo que caracteriza nuestro trabajo es la búsqueda de la esencia, que nos permite de cierta manera responder con una sola actitud a contextos tan diversos.
- En cuanto a espacios residenciales, ¿qué tipo de sensaciones buscan generar en sus proyectos? ¿Creen que estas intenciones cambian mucho entre espacios unifamiliares y edificios de departamentos?
En todos nuestros proyectos intentamos crear una envolvente con las mejores condiciones para que ahí se desarrolle la vida de quienes la habitan, y lo que cambia en cada caso son las costumbres y culturas que tendrán los usuarios. Sea donde sea, nos gusta que las personas se apropien de los espacios que diseñamos, que estén bien iluminados, ventilados, que presenten las mejores vistas que puedan ofrecer, y que sean espacios que quizá no necesariamente se presten a una foto espectacular, pero que se vivan de manera cómoda y cálida. En este sentido y persiguiendo siempre estas cuestiones, no encontramos ninguna diferencia entre la vivienda unifamiliar y multifamiliar.
- Para ustedes, ¿qué costumbres o necesidades caracterizan la vida contemporánea en las ciudades?
Lo que pasa en las grandes ciudades es que el terreno es cada vez más escaso, y por lo tanto nos enfrentamos a la necesidad de eficientar en espacio para que más personas puedan vivir en lugares céntricos y gozar de buena infraestructura. La importancia de densificar una ciudad radica en que entre menos necesidad haya de realizar largos recorridos para transportarte de un punto a otro, habrá mayor calidad de vida, además de que ecológicamente es más responsable. Por eso creemos que es importante pensar en viviendas urbanas capaces de generar tejido social dentro de las zonas céntricas de la ciudad.
- ¿Qué particularidades notan en la Ciudad de México?
La Ciudad de México es una ciudad increíblemente potente, con una energía que pocas ciudades tienen. Tiene una energía frenética, siempre activa y muy creativa, pero su creciente tamaño aumenta también sus problemas. Quienes vivimos o trabajamos en ella tenemos que aprender a responder a ellos de la mejor manera, en este caso, densificando las zonas céntricas y rescatando los edificios que están abandonados a pesar de contar con una ubicación privilegiada.
- Muchos de sus proyectos se ubican en espacios abiertos, rodeados de naturaleza. ¿Cómo cambian sus criterios de diseño cuando están proyectando dentro de una gran ciudad?
Cuando trabajamos dentro de una ciudad, intentamos ser más discretos, evitar ser imponentes. Siempre hemos dicho que en medio del paisaje puedes tener una mayor exuberancia geométrica, más libertad, ya que el entorno es más libre. En cambio, en una ciudad, nos entendemos como una nota más en la sinfonía de la mancha urbana, y no queremos romper con la armonía del conjunto. Es importante voltear a ver el contexto y no ser imponente con el diseño.