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Artículo creado por:

Karina Zatarain

En la Santa María la Ribera hay un edificio en construcción intervenido con obra de más de 100 artistas que se llama Pabellón de las escaleras.

En Naranjo 96, en la Santa María la Ribera, hay un edificio que a nivel de calle apenas si llama la atención. Por dentro es enorme; antes eran bodegas y pronto serán departamentos. En esa ventana mínima de tiempo, entre los paréntesis en que la construcción se ha detenido, más de 100 artistas, arquitectos y diseñadores industriales intervinieron el espacio bajo el nombre de pabellón de las escaleras.

La exposición la organizó guadalajara90210, una galería que empezó hace dos años con Marco Rountree y Alma Saladin. Los proyectos que construyen dependen del espacio que puedan habitar, así es como han intervenido lugares como el Anahuacalli, que Marco Rountree llenó de collages, dibujos y esculturas.

Para pabellón de las escaleras invitaron a los artistas al edificio en obra de Naranjo 96, un verdadero laberinto de cuartos, escombros, tuberías y cemento que les recordaba a Xilitla por sus escaleras en lugares inverosímiles; de esas escaleras que responden a las necesidades de la construcción más que de los habitantes. Los participantes fueron invitados a intervenirlo con su obra y el resultado es un escenario poético y surrealista entre cemento, plástico y varillas.

Dentro del parque escultórico de pabellón de las escaleras el juego de qué es arte y qué accidente siempre está presente. Por toda la azotea hay pinzas de ropa sosteniendo tapas de plástico llenas de alpiste; pequeñas esculturas de Jerónimo Hagerman para atraer a los pájaros. Tubos verdes pintados con marcador bajan por un hueco en la azotea y, justo enfrente, una escalera larga de pura varilla cruza del último al primer piso; es la interpretación de serpientes y escaleras de Frida Escobedo.

El recorrido es largo; hay que subir, bajar y a veces asomarse. Rozana Montiel taladró pequeños huecos en las paredes de una habitación que ahora parece una galaxia. Todo es negro excepto por los puntos de luz. Si uno se acerca mucho puede ver distintas partes de la Santa María: un tinaco vecino, otra azotea, un árbol…

La exposición, como todo lo que hace guadalajara90210, tiene un tiempo específico. Les prestaron el edificio por tres meses y las intervenciones permanecerán hasta el 12 de marzo, aunque tal vez se extiendan un poco más. Algunos artistas crearon la obra específicamente para el espacio y otros adaptaron piezas que tenían desde antes para llenar por todas partes la construcción, que como las construcciones suelen ser, está llena de accidentes estéticos por todos lados.

Esta obra es una colaboración entre dos personas Hugo Vargas y Pablo Prado, representando a Reurbano.
La pieza tuvo inspiración total en la visita que tuvimos al inmueble y el diálogo de los materiales en un proyecto constructivo abandonado, y la naturaleza retomando su lugar. Todos los materiales eran crudos, por eso el uso de espejos, para agregar luz y contraste a la pieza y generar interacción con los usuarios.

Autora: Andrea Cinta
Local.mx