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Portland, ciudad norteamericana de Oregón, es reconocida como la capital de lo extraño y así lo dice su lema: Keep Portland Weird. En sus calles podrías encontrar desde paseos nudistas en bici, gente disfrazada, un museo de aspiradoras, una tienda de donas que es capilla matrimonial, un hotel que solía ser una escuela, un strip club vegano.  Por encima de estas particularidades que la han convertido en un imán de hípsters, Portland es reconocida por aplicar estrategias positivas de planeación urbana en las últimas décadas.

PHOTO BY: ELENA KUCHKO

Ninguna ciudad debe aspirar a emular otra, porque es imposible y porque perdería su ADN fruto de siglos de historia y tradición, pero lo que sí es posible (y deseable) es aprender de las acciones e iniciativas de otras ciudades para aplicarlas dentro del propio contexto. Aquí les compartimos cinco lecciones urbanas de Portland que la Ciudad de México podría adoptar:

1.- Portland tiene excelente materia prima y sabe aprovecharla. A pesar de ser una ciudad pequeña (menos de un millón de habitantes) tiene un amplio Centro, un área industrial que han revitalizado y un amplio repertorio de edificios antiguos. 

Es importante que cada ciudad o colonia entienda con qué cuenta y cómo sacarle brillo, en vez de querer construir de cero o de demoler los vestigios del pasado. En la Ciudad de México contamos con invaluable materia prima como inmuebles catalogados, parques abandonados y espacios públicos en desuso a la espera de ser renovados.

2.- Las ciudades no deben tener miedo a la hora de proponer y realizar proyectos. Es cierto que las iniciativas, en especial las innovadoras, siempre encuentran resistencia, pero cuando los gobiernos locales permiten compartir el control con el sector privado y asociaciones civiles, se abren las puertas a proyectos como la playa Audrey McCall, que pasó de ser un bodoque de cemento a un centro comunitario donde se puede nadar, o “Better Naito”, un paso peatonal y ciclista por el que transitan más de mil personas diariamente y que se encuentra dentro de Naito Boulevard, calle originalmente destinada a coches en exclusiva. 

Muchas de las iniciativas permanentes de Portland arrancan como proyectos piloto a prueba por un periodo de meses y frente a los resultados positivos y aceptación comunitaria, el gobierno decide mantenerlos.

PHOTO BY: SEAN BENESH

3.- Una buena experiencia peatonal es fundamental para un buen urbanismo. En Portland las calles están bordeadas por banquetas despejadas y árboles frondosos que invitan a explorar las vistas, los sonidos y los gustos de la ciudad a pie. Además, la mezcla de usos acorta distancias entre oficinas, servicios, centros de entretenimiento y los vecindarios habitacionales. Esto permite que los ciudadanos realicen sus actividades diarias en bicicleta o caminando. 

Caminar en Portland no sólo es sencillo si no que es un placer: parques bien cuidados llenos de artistas callejeros, murales en paredes y pisos transforman lo cotidiano en extraordinario, locales que se expanden hacia las aceras y se combinan con los transeúntes. A la hora de planear, las ciudades deben tener siempre en mente el flujo peatonal.

4.- Otra característica del desarrollo en Portland: cuando se habla de desarrollo inmobiliario se habla también de transporte. La conexión entre ambas es inseparable, los tiempos en que las desarrolladoras planeaban sus proyectos como comunidades aisladas de la colonia circundante han quedado atrás. Ahora es importante pensar en la integración, en un sentido de comunidad más amplio y en soluciones o adecuaciones de transporte que consideren a ciudadanos de cualquier nivel de ingresos, edad, género y capacidad motriz. Además, el ciclismo urbano es parte de la identidad de Portland, que es la ciudad de Estados Unidos con la mayor cantidad de ciclistas y es usual que las tiendas de bicicletas sean a la vez bares, uniendo dos grandes pasiones.

PHOTO BY: KAREN Z

5.- La ciudad está infestada de food trucks vendiendo comida desde soul food vikinga hasta cajitas felices coreanas, la comida callejera se celebra y se comparte. En Portland, el ambulantaje se integra no sólo como un elemento legítimo de la ciudad, sino como uno deseable y valioso. 

Formalizar la informalidad (o dejar de considerarla informalidad), asignar espacios adecuados y limpios, y ofrecer condiciones favorables para su integración al sistema financiero ayuda a mejorar la urbanidad de una ciudad. También hay que reconocer que Portland es una ciudad americana como cualquier otra, llena de espacios mal aprovechados, highways, centros comerciales gigantescos y demás horrores. Pero en una época en que el cinismo está de moda, en Portland se percibe un deseo generalizado de prosperar, se promueve la cultura de consumo local, el cuidado del espacio público y la iniciativa ciudadana para encontrar soluciones a diversas problemáticas. Una lección para los jóvenes del Mundo: it’s cool to care.