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En aquellas ciudades del mundo que son grandes destinos turísticos, existe entre sus residentes un entendimiento común: la ciudad está dividida entre lo que hacen los turistas y lo que hacen los locales. Los neoyorkinos evitan Times Square a toda costa; quienes viven en París no tienen motivo para ir a pararse frente a la Torre Eiffel; existen personas que han vivido todas sus vidas en Los Ángeles sin nunca haberse tomado una foto frente a las letras de Hollywood. Sin embargo, en la Ciudad de México, el Centro Histórico ha logrado ocupar ambos terrenos — tanto es un destino turístico como un espacio que se vive todos los días por toda clase de sus habitantes. 

Recientemente, el gobierno de la CDMX anunció que planea invertir más de 1.100 millones de pesos en la revitalización del Centro Histórico, con la intención de construir y recuperar viviendas, mejorar el espacio público y preservar el importante patrimonio de la zona. Este año, el gobierno espera recuperar 14 inmuebles para personas de comunidades indígenas, además de construir seis nuevos hoteles y tres espacios de uso comercial. 

Con esto en mente, destacamos los 5 espacios y edificios más emblemáticos del Centro Histórico de la Ciudad de México: 

Plaza de la Constitución (Zócalo) 

Crédito: Gerardo Sandoval

El Zócalo de la Ciudad de México es una enorme plancha de concreto desde donde se puede observar el Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana. Antes de la conquista española, la plaza fue el sitio ceremonial principal de los aztecas. Hoy en día, es el lugar en donde se realizan eventos políticos y culturales, además del destino final de numerosas marchas y protestas, convirtiéndola en un espacio imprescindible para la democracia mexicana. 

Palacio de Bellas Artes 

Crédito: Gerardo Sandoval

Inaugurado en 1934, fue el primer museo de arte en México, conocido en ese entonces como el Museo de Artes Plásticas. En su fachada se pueden observar elementos arquitectónicos del art nouveau y art-decó, y en su interior destacan los murales de Diego Rivera y José Clemente Orozco, entre otros. 

Torre Latinoamericana 

Crédito: Gerardo Sandoval

Este rascacielos de 44 pisos, construido en 1965, ha sobrevivido numerosos sismos en la Ciudad de México, entre ellos el de 1985 y el del 2017. Siendo aún el edificio más alto del Centro Histórico, es una referencia de la zona que te ayuda a orientarte e incluso te informa la hora. Además, el mirador del último piso ofrece una vista de la ciudad inigualable.

Museo Nacional de Arte de México (MUNAL)

Crédito: inba.gob.mx

Entre la arquitectura ecléctica del MUNAL — ubicado en la plaza Manuel Tolsá, frente a su escultura conocida como El Caballito — destacan los estilos neoclásico y renacentista. Su vasta colección es representativa del arte mexicano, desde la era virreinal hasta la década de 1950. El edificio fue diseñado por el arquitecto Silvio Contri durante la presidencia de Porfirio Díaz, con la intención de que funcionara como un símbolo de modernidad y progreso. 

Antiguo Palacio Iturbide 

Crédito: mxcity.mx

El Palacio de Iturbide es uno de los ejemplos más ricos del barroco mexicano, construido entre 1779 y 1785 por el arquitecto Francisco Guerrero y Torres. Inicialmente, fue la residencia de una familia acomodada de la ciudad, como regalo de bodas de parte del padre de la novia. De 1821 a 1823, fue la residencia de Agustín de Iturbide, por lo cual aún se le conoce por su nombre, aunque hoy en día es un espacio destinado a exposiciones de arte  y actividades culturales.