La ciudad más verde y sostenible

Cada vez más, el mundo que habitamos se vuelve un mundo urbano. En 1800, sólo el 3% de la población mundial vivía en ciudades. Para 1900, sólo 12 ciudades tenían una población mayor a un millón de personas. Hoy, en cambio, aproximadamente la mitad de la población mundial vive en áreas urbanas, y existen más de 400 ciudades con más de un millón de habitantes. Según las Naciones Unidas, el 68% de la población mundial vivirá en ciudades para el 2050. 

Entre urbanistas, se habla mucho acerca de qué significará este aumento para las ciudades. ¿Qué tan preparadas están para recibir y sostener a cientos de miles de más habitantes en las siguientes décadas? La acelerada migración rural-urbana representa desafíos principalmente en términos de vivienda y movilidad, y estas son cuestiones que competen a los expertos y las autoridades gubernamentales de cada ciudad.

A nivel individual, sin embargo, existen hábitos que pueden adoptar los ciudadanos para crear mejores condiciones de la vida urbana, como evitar el uso del coche, apoyar el comercio local y hacer uso constante del espacio público. Otra acción que en años recientes ha crecido en popularidad es la creación de huertos urbanos sobre lo que antes se consideraba espacio inusable: los techos de los edificios en las grandes ciudades. 

Además de ayudar a cumplir con la creciente demanda de comida, los huertos urbanos ayudan a hacer más verdes nuestras ciudades. Mientras que los techos de concreto absorben y después irradian calor, los huertos urbanos evitan esto, reduciendo así las emisiones de carbono. Además, al servir a los individuos y comunidades que los cuidan, reducen el impacto ambiental del transporte de comida. 

En Manhattan, Nueva York, el restaurante Bell Book & Candle fue uno de los primeros restaurantes en abastecerse en gran parte de lo que crecen en su propio techo. Los comensales disfrutan hierbas, frutas y verduras que el chef John Mooney y su equipo crecen en 65 torres de huertos verticales sobre el techo del edificio. 

El próximo año, un huerto urbano de casi 46,000 metros cuadrados abrirá en París y producirá más de 900 kilos diarios de frutas y verduras durante la temporada alta. El huerto se ubicará en el distrito 15, sobre el techo de un enorme centro comercial que actualmente está pasando por renovaciones. 


En Copenhague, SPACE 10 es un laboratorio de diseño e investigación dedicado a explorar maneras de crear mejores y más sostenibles modos de vida en las ciudades. Uno de sus proyectos, titulado “The Growroom,” es un huerto esférico de fuente abierta diseñado para cumplir con la creciente demanda de comida al crecerla en nuestras ciudad. Cualquiera puede encontrar el manual de construcción aquí y hacer uno propio.

En la Ciudad de México, una de las ciudades más pobladas del mundo, el reto de hacer más verde nuestra mancha urbana es uno que debe tomarse en serio. Lily Foster, una estadounidense que actualmente reside en la capital mexicana, se ha dedicado desde el 2007 a la implementación de espacios verdes en áreas urbanas. Sobre la azotea de Chihuahua 139 — un proyecto de Reurbano que se caracteriza por dar nueva vida a un inmueble patrimonial, reuniendo en su interior espacios comerciales, de oficina y residenciales — Foster creó un huerto urbano próspero y diverso. 

Calabazas, kale, pepinos, acelgas, berengenas y más crecen sobre este techo de la colonia Roma Norte, todos comestibles y producidos a través de sistemas naturales diseñados por Foster. Para ella y su equipo, crear huertos urbanos no es solamente una cuestión de combatir el cambio climático, sino que buscan reinventar el tejido social que consideran fundamental para cualquier sistema de este tipo. “No se trata sólo de cultivar alimentos,” explica Foster, “se trata de un nuevo paradigma de la sociedad, un nuevo estándar de los que somos capaces en términos de los asentamientos urbanos.”

La ciudad más verde y sostenible

Cada vez más, el mundo que habitamos se vuelve un mundo urbano. En 1800, sólo el 3% de la población mundial vivía en ciudades. Para 1900, sólo 12 ciudades tenían una población mayor a un millón de personas. Hoy, en cambio, aproximadamente la mitad de la población mundial vive en áreas urbanas, y existen más de 400 ciudades con más de un millón de habitantes. Según las Naciones Unidas, el 68% de la población mundial vivirá en ciudades para el 2050. 

Entre urbanistas, se habla mucho acerca de qué significará este aumento para las ciudades. ¿Qué tan preparadas están para recibir y sostener a cientos de miles de más habitantes en las siguientes décadas? La acelerada migración rural-urbana representa desafíos principalmente en términos de vivienda y movilidad, y estas son cuestiones que competen a los expertos y las autoridades gubernamentales de cada ciudad.

A nivel individual, sin embargo, existen hábitos que pueden adoptar los ciudadanos para crear mejores condiciones de la vida urbana, como evitar el uso del coche, apoyar el comercio local y hacer uso constante del espacio público. Otra acción que en años recientes ha crecido en popularidad es la creación de huertos urbanos sobre lo que antes se consideraba espacio inusable: los techos de los edificios en las grandes ciudades. 

Además de ayudar a cumplir con la creciente demanda de comida, los huertos urbanos ayudan a hacer más verdes nuestras ciudades. Mientras que los techos de concreto absorben y después irradian calor, los huertos urbanos evitan esto, reduciendo así las emisiones de carbono. Además, al servir a los individuos y comunidades que los cuidan, reducen el impacto ambiental del transporte de comida. 

En Manhattan, Nueva York, el restaurante Bell Book & Candle fue uno de los primeros restaurantes en abastecerse en gran parte de lo que crecen en su propio techo. Los comensales disfrutan hierbas, frutas y verduras que el chef John Mooney y su equipo crecen en 65 torres de huertos verticales sobre el techo del edificio. 

El próximo año, un huerto urbano de casi 46,000 metros cuadrados abrirá en París y producirá más de 900 kilos diarios de frutas y verduras durante la temporada alta. El huerto se ubicará en el distrito 15, sobre el techo de un enorme centro comercial que actualmente está pasando por renovaciones. 


En Copenhague, SPACE 10 es un laboratorio de diseño e investigación dedicado a explorar maneras de crear mejores y más sostenibles modos de vida en las ciudades. Uno de sus proyectos, titulado “The Growroom,” es un huerto esférico de fuente abierta diseñado para cumplir con la creciente demanda de comida al crecerla en nuestras ciudad. Cualquiera puede encontrar el manual de construcción aquí y hacer uno propio.

En la Ciudad de México, una de las ciudades más pobladas del mundo, el reto de hacer más verde nuestra mancha urbana es uno que debe tomarse en serio. Lily Foster, una estadounidense que actualmente reside en la capital mexicana, se ha dedicado desde el 2007 a la implementación de espacios verdes en áreas urbanas. Sobre la azotea de Chihuahua 139 — un proyecto de Reurbano que se caracteriza por dar nueva vida a un inmueble patrimonial, reuniendo en su interior espacios comerciales, de oficina y residenciales — Foster creó un huerto urbano próspero y diverso. 

Calabazas, kale, pepinos, acelgas, berengenas y más crecen sobre este techo de la colonia Roma Norte, todos comestibles y producidos a través de sistemas naturales diseñados por Foster. Para ella y su equipo, crear huertos urbanos no es solamente una cuestión de combatir el cambio climático, sino que buscan reinventar el tejido social que consideran fundamental para cualquier sistema de este tipo. “No se trata sólo de cultivar alimentos,” explica Foster, “se trata de un nuevo paradigma de la sociedad, un nuevo estándar de los que somos capaces en términos de los asentamientos urbanos.”

La Biblioteca: El gran espacio público que democratiza

“Siempre imaginé el Paraíso como una especie de biblioteca.”  – Jorge Luis Borges

El término “espacio público” normalmente nos hace pensar en parques, calles, lugares al aire libre en donde las sombras de grandes árboles se dibujan sobre el suelo. Pero dentro de las ciudades, existe otro tipo de espacio público, fundamental para la democracia y las actividades personales de cualquier autodidacta: la biblioteca. Como dijo Simón Bolivar, “un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción,” y pocos espacios resultan tan útiles como las bibliotecas para combatir la ignorancia y apatía de un pueblo. 

En la década de 1920, José Vasconcelos presentó la propuesta al entonces Presidente de la República de dotar a todos los poblados del país con una biblioteca, con la intención de que el pasatiempo de los mexicanos fuera la lectura. Y aunque no se puede afirmar que el proyecto tuvo el éxito deseado, las bibliotecas que se han establecido en México no carecen de méritos. Idealmente, en una biblioteca convergen personas de toda clase, género, edad, sexualidad y niveles de estudio; esta virtud por sí misma hace que la biblioteca funcione como una gran herramienta democratizadora. 

“La arquitectura se conforma por distintos tipos de edificios, como torres, museos o casas,” explicó el arquitecto Alberto Kalach a Vladimir Belogolovsky durante una entrevista en el 2017. “Una biblioteca es un tipo de edificio, y existen dos categorías básicas,” dijo Kalach. “Una es un laberinto como el descrito en La Biblioteca de Babel de Jorge Luis Borges. Es una biblioteca en la que te pierdes por completo. La segunda categoría es la propuesta por Boullée en el siglo XVIII, un gran espacio lleno de estantes de libros que contienen todo el conocimiento. Para serte sincero, el tipo de biblioteca que propone Borges me parece más atractiva.” Sin embargo, cuando Alberto Kalach decidió entrar al concurso para diseñar la Biblioteca José Vasconcelos en la colonia Buenavista de la Ciudad de México, optó por el segundo modelo. “Queríamos ganar el concurso, y un edificio público debe ser transparente y lleno de luz,” lamentó durante la entrevista.

Aunque el arquitecto hubiera preferido un esquema de diseño distinto, es innegable que la Biblioteca José Vasconcelos se ha convertido en uno de los edificios más asombrosos de la ciudad, tanto por su diseño arquitectónico como por su ambicioso programa público. 

Además de contar con más de medio millón de libros, la Vasconcelos permite a sus usuarios acceso gratuito a instrumentos musicales, brinda asesorías, ofrece talleres, cursos y conferencias, y cuenta con un amplio jardín botánico. “La biblioteca es un espacio experimental, donde se pretende que todas las cosas tengan un contenido social,” explicó Daniel Goldin, ex-director de la Vasconcelos. 

Cada vez existen más redes sociales, series y películas que luchan por acaparar nuestra atención. También cada día se desarrollan más aplicaciones que nos permiten pasar el tiempo libre en nuestro hogar, sin necesidad de salir pues basta con unos cuantos clics en nuestros teléfonos para conjurar a una persona que nos entregará lo que sea a la puerta de nuestro departamento. Es por esto que las bibliotecas toman más importancia hoy que nunca. Nos obligan a salir de la comodidad de lo que ya conocemos, invitándonos a explorar distintos mundos entre sus estantes. 

La Biblioteca: El gran espacio público que democratiza

“Siempre imaginé el Paraíso como una especie de biblioteca.”  – Jorge Luis Borges

El término “espacio público” normalmente nos hace pensar en parques, calles, lugares al aire libre en donde las sombras de grandes árboles se dibujan sobre el suelo. Pero dentro de las ciudades, existe otro tipo de espacio público, fundamental para la democracia y las actividades personales de cualquier autodidacta: la biblioteca. Como dijo Simón Bolivar, “un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción,” y pocos espacios resultan tan útiles como las bibliotecas para combatir la ignorancia y apatía de un pueblo. 

En la década de 1920, José Vasconcelos presentó la propuesta al entonces Presidente de la República de dotar a todos los poblados del país con una biblioteca, con la intención de que el pasatiempo de los mexicanos fuera la lectura. Y aunque no se puede afirmar que el proyecto tuvo el éxito deseado, las bibliotecas que se han establecido en México no carecen de méritos. Idealmente, en una biblioteca convergen personas de toda clase, género, edad, sexualidad y niveles de estudio; esta virtud por sí misma hace que la biblioteca funcione como una gran herramienta democratizadora. 

“La arquitectura se conforma por distintos tipos de edificios, como torres, museos o casas,” explicó el arquitecto Alberto Kalach a Vladimir Belogolovsky durante una entrevista en el 2017. “Una biblioteca es un tipo de edificio, y existen dos categorías básicas,” dijo Kalach. “Una es un laberinto como el descrito en La Biblioteca de Babel de Jorge Luis Borges. Es una biblioteca en la que te pierdes por completo. La segunda categoría es la propuesta por Boullée en el siglo XVIII, un gran espacio lleno de estantes de libros que contienen todo el conocimiento. Para serte sincero, el tipo de biblioteca que propone Borges me parece más atractiva.” Sin embargo, cuando Alberto Kalach decidió entrar al concurso para diseñar la Biblioteca José Vasconcelos en la colonia Buenavista de la Ciudad de México, optó por el segundo modelo. “Queríamos ganar el concurso, y un edificio público debe ser transparente y lleno de luz,” lamentó durante la entrevista.

Aunque el arquitecto hubiera preferido un esquema de diseño distinto, es innegable que la Biblioteca José Vasconcelos se ha convertido en uno de los edificios más asombrosos de la ciudad, tanto por su diseño arquitectónico como por su ambicioso programa público. 

Además de contar con más de medio millón de libros, la Vasconcelos permite a sus usuarios acceso gratuito a instrumentos musicales, brinda asesorías, ofrece talleres, cursos y conferencias, y cuenta con un amplio jardín botánico. “La biblioteca es un espacio experimental, donde se pretende que todas las cosas tengan un contenido social,” explicó Daniel Goldin, ex-director de la Vasconcelos. 

Cada vez existen más redes sociales, series y películas que luchan por acaparar nuestra atención. También cada día se desarrollan más aplicaciones que nos permiten pasar el tiempo libre en nuestro hogar, sin necesidad de salir pues basta con unos cuantos clics en nuestros teléfonos para conjurar a una persona que nos entregará lo que sea a la puerta de nuestro departamento. Es por esto que las bibliotecas toman más importancia hoy que nunca. Nos obligan a salir de la comodidad de lo que ya conocemos, invitándonos a explorar distintos mundos entre sus estantes. 

La Lonja MX + Atelier 192

La Lonja MX + Atelier 192 en el edificio Gaona

La revista 192 y la Lonja Mercantil se unieron en un fin de semana de arte en un homenaje al enorme talento mexicano contemporáneo, aprovechando este ambiente de arte y diseño para lanzar el segundo ejemplar impreso del año de la revista: Insolencia. Durante el fin de semana que ocuparon el edificio Gaona, los asistentes pudieron visitar distintos espacios de venta, así como espacios expositivos y una exclusiva muestra del valioso material fotográfico que conforma el nuevo número de la revista 192.

5 lugares que tienes que conocer en la Colonia Juárez.

Distinguida por años de tradición y por las edificaciones eclécticas y sofisticadas que adornan sus calles, la Colonia Juárez se ha convertido en uno de los destinos ideales para aquellos que gustan de la buena gastronomía, el arte, la coctelería y, sobre todo, pasar un buen rato en un entorno cargado de tradición e historia.

Aquí te compartimos los 5 lugares que no puedes dejar de conocer en esta icónica colonia ubicada en la capital del país.
Parker and Lenox
Famoso por su comida tipo americana. Este restaurante es el lugar ideal para las personas amantes del buen comer y de la buena música. Aquí podrás disfrutar de una hamburguesa acompañada de una cerveza y música Jazz en vivo.
Dirección: Calle Milán 14, Cuauhtémoc, Juárez.
Horarios:  martes a domingo de 13:00 a 1:00.

Parker and Lenox Juárez

Millan 44
Si bien, la colonia es reconocida por sus restaurantes y bares, también cuenta con algunos atractivos arquitectónicos, y el que más destaca de entre los demás es este inmueble que cuenta con terrazas, azoteas y jardines. Millan 44 fue pensado por sus autores como un espacio público donde la estética y el entorno conviven en perfecta armonía.
Galardonado con diversos reconocimientos, esta edificación solía ser una bodega y un local comercial, no obstante hoy en día es el lugar perfecto para disfrutar de diversas actividades como el arte, la gastronomía, la moda, entre otros.
Conoce más aquí

Fifty Mils
La mixología y el abolengo se reúnen en este bar, que destaca de entre otros por sus sofisticados cócteles y por su decoración de terciopelo, bronces y madera oscura. Tras una imponente entrada con jardines y una fuente iluminada con antorchas se encuentra el trabajo de una de las estrellas de la mixología en México, Mica Rousseau.
Dirección: Four Seasons Reforma, Reforma 500 , Juárez, México, DF.
Horarios: Lunes a domingos de 12:00 pm  a 1:00 am.

fiftymils

La tienda del Mago Chams

Los amantes de la magia y de lo descomunal son los clientes predilectos de este pequeño local fundado por Óscar Vicencio, mejor conocido como el Mago Chams. Aquí es donde toda la magia comenzó, ya que antes de convertirse en una estrella de la televisión y de los espectáculos, el Mago Chams decidió revelar todos sus secretos en la que fue la primera tienda de magia en México, y lo que es hoy un destino que todas las personas deben visitar.

Teatro Milán (Foro Lucerna)
A pesar de que este teatro se encontró casi 30 años abandonado, hoy en día es casa de distintas representaciones artísticas y propuestas teatrales. Tras ser destruido en el terremoto que sacudió a la Ciudad de México el 19 de septiembre de 1985, el Teatro Milán permaneció abandonado y en las ruinas, no obstante los actores y empresarios Mariana Garza y Pablo Perroni se encargaron de remodelar el sitio para crear un sitio diseñado para las artes escénicas.
Dirección: Lucerna 64, Juárez, México, DF.