La ciudad de México es una urbe de grandes contrastes: por un lado, es poseedora de un rico legado histórico, conformado por edificios que datan desde el siglo XVI hasta el siglo XX y, por otro, se trata de una metrópoli en un constante proceso de modernización, donde la nueva arquitectura resalta a lo lejos con sus enormes rascacielos. Los arquitectos actuales se enfrentan al gran reto de armonizar los nuevos edificios con los viejos sin que unos opaquen a los otros en estos procesos de renovación urbana.
El Edificio Dondé, ubicado sobre la avenida Bucareli junto a la glorieta del Reloj Chino, es un complejo arquitectónico cuyo objetivo consiste en ofrecer viviendas de la más alta calidad, así como la reactivación del flujo económico de la zona donde se encuentra. Fue diseñado por el despacho de arquitectura Cadaval & Solá Morales, quienes concibieron la estructura como un conjunto de departamentos para familias y parejas, garantizando un ambiente de convivencia diverso entre sus habitantes, ya que ofrece espacios que se adaptan a las necesidades del mismo sin someterlo a las ciertas limitaciones.
Uno de los aspectos más significativos del edificio es el hecho de tomar en cuenta la naturaleza social que tenemos los mexicanos, por lo que integra una serie de espacios pensados para la convivencia diaria; entre ellos destaca el patio central, tan característico de nuestra cultura y que recuerda a las antiguas vecindades donde los habitantes interactuaban en su día a día. Por otra parte, existen una serie de terrazas de uso privado y compartido, destinadas a todo tipo de actividades recreativas con la posibilidad de gozar de una maravillosa vista al paisaje urbano.
El proyecto, lejos de ser una pieza aislada dentro de la CDMX, tiene como propósito integrarse al movimiento económico de la ciudad mediante la vitalidad comercial en la planta baja. Cabe mencionar que esta modalidad vivienda-comercio se encuentra presente en construcciones vecinas, tal como el edificio Gaona, lo que nos lleva a comprender la manera en cómo este nuevo proyecto logra armonizar con la dinámica y movilidad del entorno desde un enfoque contemporáneo.
Su ubicación resulta una gran ventaja, ya que además de colindar con avenidas importantes como Paseo de la Reforma, Balderas o Avenida Cuauhtémoc, brinda opciones de transporte como Metro, Metrobus o bicicleta, facilitando el acceso a lugares importantes como la Plaza de la Ciudadela, la Biblioteca de México, el Museo de Arte Popular, la Alameda Central, el Palacio de Bellas Artes o el monumento a la Revolución.
El Edificio Dondé no solo resulta una valiosa adquisición desde el punto de vista estético, sino que las ventajas ofrecidas a sus residentes hacen de la Ciudad de México una experiencia más que disfrutable para aquellos que deseen conocerla más a fondo.
Puedes conocer más de este nuevo desarrollo sobre Avenida Bucareli dando clic al siguiente aquí.
*Este artículo fue posible gracias al testimonio del arquitecto Eduardo Cadaval en la entrevista virtual con FUNDARQMX
La ciudad de México se ha caracterizado por su continuo crecimiento urbano. Desde hace algunos años vemos diversas colonias resurgir y posicionarse como los lugares más deseados para vivir, ya sea por su infraestructura, la cercanía a los centros de trabajo o la variedad de oferta gastronómica y cultural, tal fue el caso de las colonias Roma, Condesa y Juárez, por mencionar algunas.
Actualmente, la Colonia Centro se encuentra en ese proceso, lo cual era esperado dada su colindancia con la Juárez, la Roma, la Condesa y la Santa María la Ribera donde hay una oferta amplia de vivienda, aunque con precios más elevados.
Para las personas más cosmopolitas vivir en la colonia Centro es estar rodeado de una fusión de arquitectura, entretenimiento, museos, centros de trabajo y una infraestructura en transporte muy consolidada.
Desde que inicia el día hay muchas opciones para realizar las compras de la semana o ir a restaurantes y cafés de diferentes precios y gustos. Puedes decidir si caminar a tu trabajo, tomar el transporte o subirte a una bicicleta. En tu trayecto puedes observar como conviven edificios modernos e históricos; mercados y bancos; ejecutivos y vendedores; guías turísticos y artistas; estudiantes y turistas.
Los fines de semana encontrarás eventos culturales, conciertos, obras de teatro y una variedad de exposiciones. También, puedes disfrutar de un paseo ciclista sobre Reforma donde encontrarás comercios, cines y actividades al aire libre. O de un brunch dominical en alguno de los hoteles clásicos del primer cuadro de la ciudad o de los cercanos al palacio de Bellas Artes y posteriormente ir de compras a algún centro comercial o en las calles del centro histórico donde encontrarás las tiendas de moda.
Si te interesa disfrutar de comida fusión, puedes ir al Barrio Chino y terminar con un postre para llevar de la tradicional Pastelería la Ideal. Ahora que si lo tuyo es la noche, la vida propia del Centro de la Ciudad te ofrece una gama de bares y lugares para bailar. Por algo se dice que en el centro de la ciudad es imposible aburrirse.
Finalmente, para los inversionistas, lo que ahora hace atractiva a la Colonia Centro no es sólo la renovación que está teniendo en cuanto al rescate de sus edificios y calles históricas, sino que cuenta con nuevos desarrollos que ofrecen beneficios de ubicación, espacio y amenidades similares a los que encuentras en inmuebles ubicados en las zonas aledañas, a un precio menor.
Por ello, si deseas saber más de esta histórica zona y sus nuevos proyectos residenciales te invitamos a conocer Edificio Dondé un desarrollo habitacional en la emblemática avenida Bucareli, frente al tradicional reloj chino.
Nacer en un entorno de condiciones mínimas, prepararse y hacer algo por transformarlo es la celebración del Pritzker otorgado este 2022. La medalla al mérito arquitectónico sesga su mirada a las soluciones arquitectónicas sensatas con una realidad social que vive el mayor porcentaje de los habitantes del mundo.
Diébédo Francis Keré, tuvo la fortuna de salir de su entorno, a partir de una beca para formarse como arquitecto en Alemania, para años después, regresar ese conocimiento y esa sensibilidad a su localidad, en forma de escuelas, centros culturales, sociales y recreativos.
Francis Kéré en el exterior del pabellón de Xylem en Montana. Fotografía: Erik Petersen Al Día News
Ejemplo real del “arquitecto descalzo” (Johan Van Lengen) quien, atento a las condiciones de su entorno natural proyecta los espacios con lo que tiene a la mano, ofreciendo con los menores recursos económicos y materiales, lo mejor para sus usuarios: muros y sombras que protejan de los 42 grados centígrados del exterior; celosías que filtren la luz y dejen pasar el aire para refrescar las aulas; algo de color para alegrar la materia prima básica de su materialidad; orificios con ollas de barro para iluminar los interiores, etcétera.
Su objetivo: hacer feliz al usuario y hacerlos partícipes de principio a fin, desde idear la propuesta, hasta construirla y habitarla. Generar orgullo e identidad durante el proceso.
National Park of Mali, photo courtesy of Iwan Baan pritzkerprize.com
El privilegio de los que estudian una profesión es, que a partir de ella obtienen herramientas para crear nuevas oportunidades con lo existente y de hallar nuevos caminos para lograr las cosas, reunir dinero para los pobres, idear nuevos usos con materiales locales, entender la tradición milenaria de un lugar y transformarlo a la actualidad, lo que llamamos innovar, aunque en realidad son costumbres tradicionales de hacer las cosas entendidas a partir de una nueva mirada.
Este siglo XXI obliga a que la arquitectura se reconcilie con la naturaleza, a una resiliencia humana de adaptación a un planeta herido, acalorado por la industria ideada a finales del siglo XIX y una sobrepoblación creciente. Construir con sensibilidad al lugar y entender la forma de construir tradicional, pero depurarla y evolucionarla es lo que proyectos como los realizados por Keré confirman que sí, es posible, una arquitectura sencilla, práctica, útil, funcional y bella.
Gando Primary School Extension, photo courtesy of Erik-Jan Ouwerkerk pritzkerprize.com
El premio Pritzker en los últimos años se ha convertido en un instrumento aleccionador de los arquitectos del mundo. El año pasado, con Lacaton & Vassal el reciclaje y la adaptación de estructuras de vivienda existentes para mejorar la habitabilidad. Ahora, una mirada a la arquitectura que piensa en la colectividad de manera integral y que mejora su condición de vida, esencia de esta profesión.
Finalmente, resaltar el proceso de trabajar para y con la gente, hace que el proyecto sea de todos y se genere una identidad y un aprecio con el edificio que los albergará. El arquitecto es una guía para la comunidad de cómo construir bien el espacio. En lugares como Burkina Faso, África no existía como tal la concepción de la labor de un arquitecto y cómo sus habilidades podían generar esos espacios con los mismos materiales que siempre habían estado al alcance de ellos en cuanto a materia prima y constructibilidad. La participación de Keré como diría el mismo fue una llamada de atención a la comunidad para darse cuenta de lo que toda la gente es capaz de hacer por transformar su realidad.
Un icónico “reloj chino” genera una particular glorieta que nos recuerda que ahí está el antiguo Paseo de Bucareli, el virrey de la Nueva España que en 1778 bautizaría con su propio nombre, uno de los primeros ejes principales para demostrar el progreso urbano de una ciudad que iba a crecer más allá de sus límites.
El paseo se conectaría con otro paseo, “el de la Alameda” para recorrer en carrozas jaladas por caballos una avenida “real” de gran amplitud, a donde la gente fuera a pasear y a respirar aires del campo. Una idea visionaria para atraer nuevas inversiones, primero en ambos costados de la calzada que competiría incluso con el Paseo de la Emperatriz (hoy Paseo de la Reforma).
Y efectivamente, inmensas casas se construyeron por grandes personalidades, políticos, empresarios, inversionistas extranjeros e incluso toreros: Palacio Cobián, Edificio Vizcaya, Edificio Gaona son algunos de los más reconocidos y de gran presencia para las colonias Centro y Juárez respectivamente.
Ese entorno tan emblemático históricamente, en años recientes se ha ido transformando paulatinamente para rehabitar colonias céntricas de la ciudad de México, que guardan una gran historia, una excelente infraestructura y transporte, así como equipamientos inigualables por su estratégica ubicación.
En ese enclave, en el lado Sur-Poniente de la glorieta del reloj chino, los arquitectos Eduardo Cadaval y Clara Solá-Morales proyectaron para Reurbano el Edificio Dondé, el cual toma la forma circular de la propia glorieta generando dos crujías de vivienda, una con vistas a la calle y otra con la vista a un patio o calle interior a la cual vive otra crujía de viviendas, también circular pero convexa, lo cual genera una entrecalle con una perspectiva interesante.
El edificio además se escalona generando diversas terrazas y abriendo las vistas y las entradas de luz, recuperando de manera conceptual los antiguos patios de las vecindades. El esquema de entrar a un espacio compartido que funge como vestíbulo de distribución para todos los vecinos y que se vuelve una antesala para convivir, para que los hijos jueguen al exterior sin estar expuestos al tránsito, donde entre el aire y la luz, y donde se enmarca el cielo.
El proyecto retoma de manera contemporánea el legado del patio tradicional mexicano en una propuesta reinterpretada para el siglo XXI.
Por la forma redondeada de las edificaciones que rodean al patio, se genera una perspectiva que impide ver el final de este, creando una ilusión de ser un espacio mucho más grande. El patio está concebido para albergar árboles y plantas que generen un ambiente acogedor al transeúnte y al mismo tiempo embellezcan las vistas interiores de los departamentos.
Visualización del patio interior de Edificio Dondé.
Volumetría del Edificio Dondé con su patio interior y escalonamiento con terrazas hacia el Paseo de Bucareli.
Privilegiar la existencia de un patio para la vivencia interior del conjunto, hizo que cada uno de los departamentos tuviera una tipología muy particular, casi única en su forma y distribución, creando la impresión de ser una edificación antigua, pero con una materialidad, estructura, instalaciones y equipamiento totalmente contemporáneos, otorgando un gran confort al habitante.
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A lo largo de la historia han existido colonias que se han transformado y le han dado diversidad a la ciudad de México. Un ejemplo de ello es la colonia Juárez.
La colonia Juárez surge durante la época del porfiriato, en un momento cuando la capital vivía una ola de transformaciones, crecimiento y urbanización de terrenos antes baldíos. Desde sus inicios la Juárez, en ese entonces llamada colonia Americana, fue concebida como un lugar para que viviera gente acomodada de la época.
Es en ese contexto que el conocido Reloj Chino fue instalado en el entonces recién remodelado Paseo de Bucareli (hoy avenida Bucareli) por instrucciones de Don Porfirio Díaz. Este reloj fue un regalo de Puyi, el último emperador chino de la dinastía Qing, con motivo de los festejos del centenario de la guerra de independencia de nuestro país. Sin embargo, posterior a la posterior a la Revolución Mexicana la colonia Juárez quedó un tanto abandonada y en 1913, durante la Decena Trágica, el reloj chino fue impactado por balas de cañón por lo que tuvo que ser reconstruido.
La historia de esta colonia se ha caracterizado por grandes transformaciones, si bien después de la segunda mitad del siglo XX la colonia Juárez sufrió una época de abandono, empobrecimiento y deterioro, actualmente, junto con las colonias aledañas como la Centro y la Cuauhtémoc, está pasando por un periodo de restauración, construcción y renovación cultural.
En décadas recientes se han edificado diversas propiedades en las inmediaciones de Paseo de la Reforma y en su extremo poniente. Actualmente, el crecimiento y recuperación se está llevando a cabo en el lado oriente. El proceso de renovación urbana, mediante la inversión pública y privada con un enfoque modernizador y de restauración de construcciones del siglo XIX en el tipo de edificios que se construyen, así como los nuevos proyectos arquitectónicos, edificios de oficina, vivienda y comercio han multiplicado el precio comercial del suelo de la zona,
Sus límites urbanos y acceso a avenidas como Paseo de la Reforma, Eje 1 Poniente Bucareli y Avenida Chapultepec así como sus múltiples estaciones de metrobús, metro y estaciones de ecobicis han convertido a la Juárez en una de las zonas con mejor accesibilidad en la Ciudad de México.
La Juárez, gracias a su colindancia casi imperceptible con la colonia Centro, es reconocida mundialmente por sus viviendas, museos, hoteles, oficinas y comercios, cafeterías y cantinas con tradición histórica. Basta mencionar la esquina de la información en el cruce con Eje 1 Poniente Bucareli y Paseo de la Reforma, lugar donde se encontraban las imprentas y oficinas de los grandes periódicos de México como El Universal y El Excelsior donde los afamados periodistas de diversas épocas escribían o bien el café La Habana dónde con un café en mano de Coatepec, Ver., se daban cita Octavio Paz, Gabriel García Marquez e incluso Fidel Castro y el Ché Guvara.
La vida de la Juárez ha tomado una dimensión diferente con los paseos ciclistas de los domingo a lo largo de Reforma, esta actividad ha venido a reactivar la vida de quienes habitan en la zona, puesto que aunque existan personas que no disfrutan de andar en bicicleta, sus calles, galerías, museos y jardines se vuelven puntos de encuentro para un paseo dominical en familia o para reconectarse con uno mismo en un momento de pacífica lectura en alguno de sus parques aledaños.
Ahora bien, si la gastronomía es lo que se busca la zona también alberga diferentes restaurantes de renombre y mercados de tradición donde existen menús y sugerencias para todos los gustos y bolsillos. Por ejemplo, el mercado de San Juan, donde existe una variedad de productos que van desde los más exóticos como carne de avestruz y alacranes, hasta los más tradicionales como pescados y carnes magras. Lo interesante es que las personas pueden deleitarse de esta variedad de alimentos en el lugar donde pueden acompañar sus comidas con diversas bebidas.
Aunque si lo que se prefiere es cocinar, el mercado Juárez ofrece una gran variedad de frutas, verduras e insumos frescos para preparar en casa con una deliciosa copa de vino.
Ahora bien, si durante el paseo de fin de semana decides aventurarte a otras zonas de la ciudad, la cercanía con varias estaciones de metrobús te permitirán estar en minutos en el Auditorio Nacional, en Polanco, en el Centro de la Ciudad o en las colonias Condesa y Roma.
Por todo lo anterior, es fácil entender por qué la Juárez encabeza la lista de las colonias con mayor demanda y plusvalía a la alza.
Si deseas invertir en un inmueble en esta histórica y reconocida colonia de la Ciudad de México te invitamos a conocer Edificio Dondé un desarrollo residencial en Bucareli 68, frente al tradicional reloj chino. ¡Conócelo!
La Avenida Bucareli, la importante vía que separa las históricas colonias Juárez y Centro, es reconocida como uno de los corredores más bellos y relevantes. Bucareli fue concebida desde sus inicios para convertirse en la avenida más importante de la ciudad y de hecho por muchos años lo fue, antes de la construcción de Paseo de la Reforma. El virrey Antonio María de Bucareli y Ursúa llevó a cabo diversas obras civiles durante su mandato entre las cuales se encuentran un canal de desagüe para la ciudad, la inauguración y remodelación de varios hospitales y la avenida que hoy lleva su nombre. En 1778 se mandaron sembrar árboles, construir fuentes y enormes glorietas sobre la llamada entonces Paseo Nuevo para convertirla en un centro de encuentro y recreación para los ciudadanos y así se mantuvo hasta mediados del siglo XIX. De hecho, varios cronistas la mencionan como un interesante lugar de reunión donde sucedía la vida urbana. Más tarde el crecimiento de la ciudad recortó el tamaño de la avenida y la hizo perder dos de sus tres glorietas, manteniendo únicamente la que alberga al famoso Reloj Chino.
El caballito
La estatua original conocida como el caballito fue realizada por Manuel Tolsá entre 1973 y 1802 en honor al rey Carlos IV de España y, en realidad, su nombre verdadero es la Estatua Ecuestre del Carlos IV. Esta obra de 4.8 metros de altura y 5.4 de largo requirió que el artista fundiera 27 toneladas de metales. En 1852 fue colocada entre Bucareli y Reforma, donde se mantuvo por 127 años para después trasladarse a la Plaza Tolsá. Durante el 2013 se intentó hacer trabajos de limpieza en la escultura, pero el uso de ácidos la dañó fuertemente, así que pasó a manos del INAH y no fue hasta el 2017 que regresó a su sitio. En su lugar histórico como encabezado de Avenida Bucareli, ahora se encuentra el emblemático Caballito de Enrique Carvajal “Sebastián”, una escultura que, en palabras del artista, se aleja del significado de dominación y conquista de su predecesor y por eso busca evocar únicamente la cabeza del animal, así no está pisando nada.
Foto: Wikipedia
La esquina de la información
Frente al caballito se encuentra la esquina de la información, la cual se granjeó su nombre porque ahí se encontraban las redacciones de dos de los periódicos más importantes y antiguos del país: El Excelsior y El Universal. El Universal inauguró sus oficinas en 1920 sobre Bucareli 12 bajo el titulo de Catedral de la Prensa y apenas dos años después El Excelsior inició obras para instalarse cruzando la calle, en Bucareli 17.
El edificio del Excelsior contaba con un frente hacia Bucareli y el otro en Reforma con fachadas diferenciadas. Durante años se le conoció como el Palacio de El Periódico de la Vida Nacional. Sobre Bucareli se encontraban los departamentos de prensa, rotativas, rotograbado, almacén, un departamento de arte; las áreas de talleres y producción. El inmueble contaba con un elevador para los colaboradores, otro de carga, un vestíbulo, largos pasillos y elegantes escaleras. Mientras que en Reforma 18 se ubicaba la dirección, redacción y otras áreas administrativas. Todo el complejo tiene una elaborada interconexión y en su momento contaba con un avanzado servicio telefónico y sistema de alumbrado.
Foto: Wikipedia
Multifamiliares
Es imposible pasear por Bucareli sin asombrarse con los imponentes condominios de departamentos que, por la majestuosidad de su arquitectura, nos llenan de nostalgia hacia una época que sólo podemos imaginar.
• Conjunto Vizcaya: construido por Robert Servín en 1924, en su momento se promocionaba como una de las viviendas más modernas y confortables de la época y se construyó para ofrecer los mejores servicios posibles. El edificio sufrió gran decaimiento durante la política de rentas congeladas de los años cuarenta y no fue hasta los noventas que algunos de los habitante de siempre, ahora dueños de sus espacios, pusieron manos a la obra para restaurarlo y dejarlo en el impecable estado que se encuentra hoy.
Imagen: El Universal
• Conjunto Mascota: inaugurado en 1913, el edificio aún mantiene sus 173 departamentos diseñados por Miguel Ángel de Quevedo. Al mantenerse prácticamente intacto, un vistazo a través de sus rejas es un viaje en el tiempo de más de cien años. La edificación la mandó a hacer Ernesto Pugibet, dueño del Buen Tono, compañía cigarrera muy importante durante el porfiriato. En aquella la época, se estableció una ley que obligaba a los empresarios a ofrecer vivienda para que sus trabajadores vivieran cerca de sus centros de trabajo y fue esto lo que dio vida a “El Mascota”.
Marzo es el mes en el que conmemoramos la lucha de las mujeres por la justicia, por la no violencia, por el derecho al voto, a los estudios y a la equidad de oportunidades laborales. Es por eso que en este mes hablamos de las mujeres que hoy participan e influyen en el desarrollo de la arquitectura contemporánea y que, mucho más allá del mérito de hacerse un lugar en un ámbito tan competido e históricamente masculino, a través de sus proyectos han planteado nuevas visiones estéticas y propuestas para solucionar el eterno meollo arquitectónico de una vivienda social justa, económica y habitable para todos. En Reurbano las festejamos y abrazamos su excelente trabajo en el que se refleja su visión y su esencia.
Fernanda Canales
Si algo distingue la ideología de Fernanda es su enfoque en la vivienda colectiva: la vecindad que utiliza los espacios para comunicar y crear lazos entre los miembros de una comunidad, así como la integración de la vivienda privada con su entorno exterior. Considera que mientras construyamos muros más altos con la idea de protegernos y estar más seguros, vamos a tener territorios más fragmentados y peligrosos. En su proyecto Vecindad Monte Albán su visión se concreta en 21 departamentos que se conectan por pasillos, pequeños patios y terrazas comunes para generar un sentido de apropiación.
Cada una de las casas de Fernanda Canales es más que una propuesta estética, pues responde al contexto social, –Casa Eva se construyó para una familia que perdió su casa en el terremoto de 2017–, ambiental, –Casa Bruma es una casa desmembrada, donde sus piezas se acomodan para respetar los árboles preexistentes en el terreno–, e histórico preciso del lugar, –el Centro Cultural Elena Garro conserva la casona original del siglo XX.
Tatiana Bilbao
Tatiana Bilbao es quizás dentro de la arquitectura mexicana la persona con mayor proyección internacional en este momento con exposiciones y proyectos en China, Francia, Estados Unidos, Alemania y a lo ancho de toda la República. Algunos de sus proyectos más destacados son: la sala de exhibiciones de un parque ubicado en Jinhua, China, el pabellón del Museo Tamayo, el Jardín Botánico de Culiacán, Sinaloa y su maravilloso proyecto de vivienda social. Preocupada con las problemáticas que surgieron en el auge de la vivienda social en los años 2000 (la absurda distancia con escuelas y trabajos, la falta de servicios, la homogenización de los espacios, las pequeñísimas dimensiones, etc.) Tatiana diseñó un prototipo de vivienda social sustentable de 62 m² con un costo de US$8,000 que fue presentado en la Bienal de Arquitectura de Chicago en 2015.
Con este proyecto, la arquitecta aboga por “viviendas más humanas”. El nombre de su libro, publicado en 2018, lo dice todo: una casa no es solo una casa. Una casa no son cuatro paredes y un techo, no se puede construir cajas de zapatos y esperar que la gente quede satisfecha. Una casa es el espacio donde se desarrolla la vida familiar y, bajo esa premisa, el despacho entrevistó a cientos de personas que viven en desarrollos sociales para averiguar sus necesidades y diseñar en consecuencia. Así fue cómo se llegó a estas casas modulares que pueden ser alteradas y expandidas conforme crezca el núcleo familiar y que, dependiendo del clima del lugar de construcción, pueden adecuarse a distintos materiales.
Gabriela Carrillo
Reconocida en 2017 como la arquitecta del año por la Architectural Review, Gabriela Carrillo destaca no sólo por su prolífica carrera, sino también por el enfoque social, humano y sensible al medio ambiente que plasma en cada una de sus obras.
Después de 10 años de colaborar en el multipremiado Taller Mauricio Rocha, en 2012 se convirtió en socia del mismo, por lo que el nombre cambió a Taller Mauricio Rocha + Gabriela Carrillo, firma que mantiene altos ideales sociales y sustentables seleccionando materiales de la región para sus trabajos. De esta colaboración destacan: la Biblioteca para Ciegos y Débiles Visuales en la CDMX al interior de la Biblioteca Vasconcelos, el Mercado de San Pablo Oztotepec y los Juzgados de Pátzcuaro Michoacán donde se transforma el imaginario carcelario por uno de apertura que busca expresar transparencia y democracia.
Recientemente, Gabriela arrancó su propio taller homónimo con el cual realizó la Casa de Piedra en Acapulco, obra que ha recibido enormes aplausos por parte de la crítica y estamos seguros de que seguirá sorprendiéndonos a través de su inventiva consciente.
Frida Escobedo
Esta arquitecta chilanga es siempre noticia y ahora no es la excepción porque, en las últimas semanas, se anunció su selección para diseñar un ala del Museo Metropolintano de Arte de Nueva York (el Met) y es, por supuesto, la primera mujer en hacerlo. El director del museo dijo de ella que “ha demostrado destreza y sensibilidad en su elegante uso de los materiales para generar una atención sincera a los problemas socioeconómicos y ecológicos de hoy”. Frida ha desarrollado su visión a través de diversos proyectos tanto comerciales y sociales como con pabellones tratados como piezas artísticas desde su conceptualización. Así fue como realizó la intervención del patio del Museo Experimental El Eco creado en los 50s por Mathias Goeritz (foto izq.), en 2010 estuvo a cargo de la restauración de La Tallera de Siqueiros y en 2018 se convirtió en la persona más joven en diseñar un pabellón para el Serpentine Gallery de Londres (foto der.).
Gabriela Etchegaray
Esta arquitecta de la que todos hemos oído hablar, cofundó junto a Jorge Ambrosi el estudio de arte y arquitectura Ambrosi | Etchegaray en CDMX con el objetivo de usar la arquitectura como un instrumento social y artístico expresado a través de los edificios y paisajes que conforman las ciudades. En sociedad con Ambrosi y Gerardo Reyes dirige el estudio AMET focalizado a proyectos que susciten al diálogo y la reflexión. Entre los proyectos arquitectónicos de la firma se encuentran el edificio Iztaccíhuatl en la Ciudad de México, la casa EM en Querétaro, el Pabellón de la Feria de las culturas amigas de 2016, el conjunto de departamentos Antonio Sola y la Industria Palenque Milagrito en Oaxaca.
En el 2018, Gabriela Etchegaray presentó una propuesta curatorial del pabellón México en la Bienal de Venecia, ‘Echoes of Land’, que reúne el imaginario colectivo y geográfico de la arquitectura mexicana y su territorio. El Pabellón no sólo expone el intercambio entre el territorio y el pensamiento arquitectónico de sus 21 participantes, sino también la voz y visión de aquellos cuyas trayectorias se han plasmado en la morfología actual de un territorio lleno de desafíos para la arquitectura.
Este mes les traemos una entrevista con una de nuestras colaboradoras estrella: Maya Escudero. Maya, Coordinadora del Área Técnica en Reurbano, posición clave que consiste en coordinar en sitio todos los temas de obra: ejercer los presupuestos, cumplir estándares de calidad, apegarse a los tiempos descritos, llevar la relación con proveedoras. Esto Maya lo hace para todos los proyectos de Reurbano así que es, en resumen, una todóloga.
¿Cuál es tu formación?
Yo soy arquitecta de la UNAM y tengo una maestría en urbanismo. A mi me gusta mucho la historia, así que me especialicé en historia de la Ciudad de México. Aunque en últimos años me he inclinado más hacia la práctica de la arquitectura, el tema de la investigación histórica me gusta mucho. Hubo una etapa en que sí me dediqué a la investigación (Maya tiene una publicación en el libro Morfología de la Ciudad de México del maestro Hira de Gortari Rabiela), pero hay un momento para todo y hoy estoy feliz en esta etapa enfocada a los proyectos.
¿Por qué elegiste hacer esto? ¿Qué te trajo aquí?
Desde la carrera me enfoqué en proyecto y supervisión de obra. Me encantaba entender y ver cómo se hacían las cosas. Que lo que yo ponía en un papelito se realizara como yo o el equipo habíamos pensado. El primer trabajo que tuve fue con Picciotto, luego la jefatura de un despacho más pequeño y después estuve un rato por mi cuenta. En la maestría conocí a mi esposo, me casé y tuvimos dos hijitos entonces me salí un tiempo de trabajar, pero luego necesitas regresar y hacer lo que te gusta, entonces entré como gerente a un despacho de arquitectura y de ahí ya llegué a Reurbano. Desde el principio me encantó por sus proyectos y porque tenía que ver con lo que yo estudié de urbanismo, aunque acá en Reurbano no estamos enfocados a la historia, pero sí a la cuestión de restauración y de regresarle el valor a las construcciones antiguas. Por eso me quedé.
¿Qué es lo que más te gusta o disfrutas de tu trabajo?
Hay muchas cosas que me gustan, pero de lo más importante es esto: disfruto todas las etapas. Desde la etapa inicial, cuando llegas al terreno y te preguntas qué se puede hacer ahí, entonces te arrancas a revisar reglamentos, normas, la forma del terreno, uso de suelo, etc. para llegar a un concepto que efectivamente puedas realizar después. Me gusta el diseño de espacios, estar siempre pensando qué se puede hacer para que un espacio funcione mejor. Aquí en Reurbano una parte muy padre es entender la manera de combinar los elementos para que el proyecto funcione: las gestorías, el presupuesto, el proyecto, la obra, esa coordinación tan compleja es algo que he podido entender aquí.
De lo que platicabas antes de tus hijos, ¿cómo ha sido para ti combinar la maternidad con el trabajo?
A mí me costó dar el salto de regresar a trabajar porque estuve los primeros tres años con cada uno de mis hijos. Te tiene que caer el veinte de que tienes que continuar con tu vida. Entendí que era mejor mamá siendo profesionista y haciendo lo que me gusta que estando con ellos. Es complicado, pero es muy importante para la familia y para los hijos que te sientas bien, siendo quien eres cómo mamá y para mí era esencial la parte profesional. Y también es un hecho que ya es difícil que cualquier mujer pueda decidir no trabajar y dedicarse a sus hijos, es una realidad me parece que de pocas mujeres. Para mí ha sido importante tener mi independencia y mi vida, pero entiendo que depende de cada quien.
Además de este enorme reto, ¿has percibido otros retos o complicaciones en tu carrera al tratarse de un sector tan dominado por hombres?
Desde que estaba en la facultad mi grupo era de 116 alumnos y éramos nada más ocho chicas, pero nunca me dio miedo competir con hombres en relación a calificaciones o propuestas. En mi caso me ha ayudado la educación que recibí en mi casa, porque sí es un reto en un área como la construcción, por ejemplo, donde la mayoría de la gente en obra son hombres, entonces no puedes llegar a dar ordenes o instrucciones si no tienes los conocimientos. Primero tienes que estar muy segura de lo que quieres, de lo que vas a decir, de lo que se tiene que hacer y, al mismo tiempo, ser flexible, porque nadie lo sabe todo. A mí nunca me dijeron que los hombres eran más que las mujeres o que las mujeres eran más que los hombres, yo crecí con una concepción de que yo soy Maya, y ya. A veces tengo la razón y a veces la tiene otra persona. Creo que escuchar ayuda mucho y reconocer lo que uno sabe y lo que no.
¿Qué otros retos te has encontrado en tu camino?
Creo que el principal es aprender a confiar en la gente y a hacer equipo.
Si conocieras a una niña o un adolescente que de grande quiere dedicarse a la arquitectura o a la construcción ¿qué le aconsejarías como persona ya exitosa en el sector?
La carrera de arquitectura es difícil y creo que no decírselo a alguien que quiere empezar estaría mal. Es importante que lo sepan, es demandante y requiere mucho trabajo, pero las recompensas son grandes y muy padres. El hecho de poder decir que participaste en el diseño o en la construcción o estuviste relacionado con renovar un edificio antiguo es motivo de muchísimo orgullo. Eso les diría: piensa que va a costar trabajo, pero si te gusta la recompensa es muy buena.
RONDA FLASH
Comida favorita: Pizza
Estación del año: Verano
Música que te hace bailar: Cumbia
Mujer que admires: Zaha Hadid y a Siouxsie Sioux, una cantante punk
Lo que serías en tu vida alterna: Cantante de rock
Palabra que te guste: Oportunidad
Edificio favorito: Edificio en forma de U frente a la glorieta Colón (Plaza Residences) y el Edificio Mascota, ahí crecí.
Durante la semana del arte tuvimos el honor de abrir las puertas de Edificio Dondé y Casa Emilio en Bucareli 68 para presentar la exposición “Desde el reflejo” de Ricardo Sierra. Esta selección incluyó dibujos en tinta sobre papel, instalaciones lumínicas y videoarte para presentar una reflexión sobre la forma en que construimos nuestra identidad y tendemos puentes hacia los demás a través de las redes. Ricardo es un artista y educador creativo que ha montado al menos cinco exhibiciones individuales y ha participado en más de 25 exposiciones colectivas, formó parte del colectivo “La Colmena” y trabajó durante 6 años en el departamento de educación del museo Tamayo. Esta semana tuvimos la suerte de platicar con él para profundizar en el contenido y construcción de su trabajo.
Crédito: Axel Alvarado
¿Cómo describirías la idea atrás de esta exposición para los que no estamos inmersos en el mundo del arte contemporáneo?
Esta expo fue pensada específicamente pare el sitio, tanto Casa Dondé como Edificio Dondé, pero a nivel general nació pensando en los espacios que están en proceso de construcción. Una de las series habla sobre cómo la arquitectura hoy en día se desdobla más allá de su concepto formal, es decir que la arquitectura se extiende también a los sistemas de comunicación. Por ejemplo, cada uno de nosotros a través de las redes sociales y el uso que le damos a internet generamos una serie de datos que va a dar a algún lugar, una especie de huella; entonces esta información genera una arquitectura, un espacio que habitamos en lo individual y en lo colectivo. Un hogar digital. Este espacio que creamos con nuestros datos también es un lugar de poder y de economía que incide en el orden social y viceversa. Lo que yo intento hacer es tomar conciencia de estos espacios digitales y trazarlos a través del dibujo para volver a lo arquitectónico, a los planos.
Considerando que el concepto atrás de esta obra está basado en lo digital ¿a qué responde que lo hagas a través de un medio análogo como el dibujo?
Es una decisión deliberada como cuando compras un celular y viene con un manual y ese manual tiene un dibujito. Esta representación gráfica desde el papel continúa, y está ahí. Es también para hacer conciencia de la temporalidad, hay que pensar cuánto tiempo ha pasado desde las pinturas rupestres y seguimos inclinados a volver a esos soportes. A mí me parece importante hacerlo así porque también es una manera de confrontar el propio medio. Es papel. Si subes algo a Facebook se vuelve su propiedad en cambio el papel está aquí y puedo hacer con él lo que quiera.
¿Y qué sientes entonces al tener que digitalizar tus obras?
Pues me parece bien porque es parte del proceso, para mostrar un portafolio, promover el trabajo a través de mi página de Internet y también como un registro. No está peleada una cosa con la otra. Pero la salida a través de algo físico si tiene que ver con mantener esta mística del objeto, de la relación que tenemos con los objetos. Ahora con los NFTs surgen las preguntas de dónde está el valor de la obra de arte.
(Aquí Ricardo saca de su portafolios algunos de los dibujos que estuvieron en la expo y me los muestra para que los vea de cerca ((están increíbles))
Son una serie de exploraciones y reflexiones a partir de cómo es que el cuerpo se desdobla en el espacio virtual. Son variaciones de esa condición del cuerpo manifestado dentro del espacio virtual. Por ejemplo, hay algunas de las obras que tienen reacción a la luz UV y todas estas estructuras las genero a partir de una máquina de dibujo. Hago un boceto, un diseño, después tengo un render que paso a un archivo SVG, que es en vectores y al final lo paso a la máquina de dibujo.
¿Esta reflexión sobre lo privado en lo digital es parte de un nuevo camino que estás explorando o es algo que se ha ido construyendo a lo largo de tu carrera artística?
Es un proceso, un avance sobre mi línea de investigación temática. Desde 2011 he estado investigando sobre esto, cada exposición son variaciones del mismo tema que se ramifican en diferentes series, pero sigue siendo el mismo tema central: representar el flujo de información invisible.
Crédito: Axel Alvarado
¿Desde que empezaste tu carrera artística te has ido digitalizando más?
Ahorita sí estoy haciendo cosas tal cual digitales: videos, animaciones, pero me gusta combinar y brincar de uno a otro. Tengo también una cuenta de memes donde hago experimentos. Me interesa mucho ese tema también, el meme en su plan más social cotorro, pero de pronto hay memes muy reflexivos y clavados. Son otras prácticas dentro de la pantalla donde la gente está generando una comunidad y socializando a diferentes niveles.
¿Qué viene para ti hacia adelante? Seguir por este camino o explorar nuevos rumbos.
Quiero hacer otras cosas, me interesa mucho el video. Quiero hacer en un futuro cercano performance o cortometraje a partir de todo esto y colocarlo en redes para crear ejercicios visuales. Igual el dibujo no lo dejo por nada. En la expo había unas piezas que eran acrílico espejo grabado en láser, entonces también me interesan otros materiales.
Estos espejos negros reflejan pero que al mismo tiempo amplían tu reflejo y lo extienden en la interfaz. Un reflejo de tu persona hacia los demás que en su mayoría construimos de una manera bonita, feliz y saludable; existe un perfeccionamiento de nuestra persona para las redes que puede ser peligroso porque parece que los demás están bien y puedes pensar que eres el único con problemas. Todo esto es parte de esta primera etapa, porque todo es muy reciente, todavía nos falta entender los procesos y hacernos conscientes de qué es verdad y que es mentira.
¿Y tú abrazas esta migración del ser hacia el espacio digital?
Siento que desde lo colectivo es un proceso que tenemos que vivir. Bueno, los que tenemos acceso a esto, que no somos todos. Mucha gente lo usa sólo para consumir basura o procrastinar, pero creo que es una herramienta que nos puede servir para difundir otro tipo de mensajes. Todo depende de la dirección que le demos a la herramienta, que al final es lo único que es, pero seguimos entendiendo cómo incorporarlo a nuestras vidas.
Crédito: Axel Alvarado
¿Cómo te apoyaste de los espacios en Casa Dondé y Edificio Dondé para exponer tu mensaje?
Yo ya tenía algunas piezas armadas y luego hice algunas extras pensando en el espacio. En departamento muestra de Edificio Dondé acomodé algunas piezas que se integraran bien al espacio íntimo, de orden cotidiano: los muros, los muebles, etc. Y para los espacios en obra gris me enfoqué en lo asociado a la estructura, en la línea. Ahí puse luces UV para marcar la línea entre lo visible y lo invisible. Pensé un poco en usar esta transición del espacio habitable al espacio que está aún en construcción.
Para las personas que se perdieron esta muestra, ¿qué otras exposiciones tienes en puerta?
Aún falta el cierre de la exposición que tengo en el Carrillo Gil con un proyecto que trata también de arte digital y su intersección con arte más “tradicional”. Estará hasta el domingo [27 de febrero] y se llama La unidad de conciencias colectivas terrestres (UCCT). En esa serie intentamos explorar qué nos dirían otras especies sobre los cambios que están sucediendo si pudiéramos comunicarnos con ellas. También se viene una expo en Guadalajara en el Hospicio Cabañas a finales de marzo.
Cityscape of Mexico City the capital of Mexico. Aerial view
Cuando éramos chicos mi papá nos decía que era imposible acabarse el Centro de la Ciudad de México. No en un sentido destructivo sino explorador, ya que son enormes sus misterios y no dejamos de crear nuevas historias sobre la historia. Hoy creo que realmente es un sitio que nunca acaba de descubrirse. Si te asumes un gran conocedor del Centro Histórico y crees que ya nada puede sorprenderte, déjanos hacer un intento con algunos secretos y curiosidad, quizás logremos sorprenderte.
La casa más antigua
En la calle Manzanares 25, en el barrio La Merced, se encuentra la casa más antigua de la Ciudad con más de 400 años de existencia. Estudios del INAH indican que se trata de la vivienda de una familia indígena construida entre 1580 y 1590. Es la única edificación de esa época que sobrevive y desde 2018 es un sitio cultural donde se imparten clases y talleres para los niños de La Merced, Tepito y Candelaria.
Foto: INAH
La inundación de 5 años
En la esquina de Madero y Motolinia hay una cabeza de león que quizás has visto. Es un vestigio de la inundación que azotó a la Nueva España en septiembre de 1629. El nivel del agua alcanzó un poco más de dos metros y dejó la ciudad inundada de 1629 a 1634. La cabeza de león no es un adorno, si no la marca que indica hasta dónde llegó el nivel del agua durante aquella inundación.
Foto: Colegio de cronistas de la Ciudad de México
La venganza
En épocas colombinas, algunos soldados pagaban la mercancía a los indígenas con monedas falsas, hechas de oro con cobre. A su vez, y como la moneda nativa era el cacao, los indígenas rellenaban los granos con lodo engañando también a los soldados.
Las fuentes de sidra
En1845 Estados Unidos declaró la guerra a México y en un intervalo de años sucedieron varias batallas. En una de las pocas que ganó México, el político militar Santa Anna llegó a la Ciudad para celebrar y cuentan las anécdotas que el militar ordenó llenar de sidra las fuentes caritas, situadas en las 4 esquinas de la Alameda. Otras historias hablan de ponche, para que los habitantes tomaran hasta saciarse.
Los nombres de las calles
En el centro hay varias avenidas que llevan el nombre de países, porque para el centenario de la Independencia, José Vasconcelos propuso nombrar las calles como agradecimiento a aquellas naciones que reconocieron al gobierno revolucionario de México con la Constitución de 1917.
Los gatos en Palacio Nacional
En los jardines del Palacio Nacional se encuentran alrededor de cien gatos que pasan el día tomando el sol y mirando a los visitantes. Son cuidados por el personal de mantenimiento y por más increíble que parezca, cada uno tiene nombre.
Fotos: shcp_mx
El reloj otomano
En la esquina de Venustiano Carranza y Simón Bolívar hay un reloj particular que no pasa desapercibido. Se trata de un regalo que la comunidad otomana (libanesa) hizo a México en 1910 como muestra de amistad y agradecimiento porque a que a finales del siglo XIX hubo muchos refugiados libaneses en nuestro país.
Las reliquias de la Catedral
La Capilla del Santo Cristo de la Catedral es también conocida como la Capilla de las Reliquias, esto porque en su interior existe una colección de reliquias de santos y mártires, esto se refiere no sólo a objetos que les pertenecieron, sino también a los restos de sus cuerpos. Aquí se hallan los restos de San Vital, Santa Úrsula y las 11 mil vírgenes. Sin embargo, no se pueden ver cualquier día del año, este espacio sólo se abre el 1 y 2 de noviembre.
Los restos de Tenochtitlán se encontraron por casualidad
Los restos de Tenochtitlán permanecieron sepultados durante 500 años hasta que en 1978 un trabajador de la compañía de luz perforó el suelo con un taladro y se topó con una roca imposible de traspasar. Esa gran piedra circular era el símbolo de Coyolxauhqui, la diosa de la Luna. Ocho mil obreros trabajaron día y noche durante cuatro años para rescatar alrededor de 7 mil piezas prehispánicas, mismas que hoy se exhiben en el museo del Templo Mayor.
Los fantasmas
Al ser una región tan antigua, es común que esté poblada de fantasmas. Algunos son más populares que otros, como el fantasma de Don Juan Manuel en la calle de Uruguay o la Quemada en la calle de Jesús María. Sin embargo, hay otras menos famosas como La mujer herrada en la calle de Perú, la embrujada Doña Francisca, Casilda la incendiara o la monja del exconvento de la Concepción.
El corazón del cofre de plata
En el año del 2005 se comenzó a restaurar el convento de Corpus Christi y fue entonces que se encontró un pequeño cofre de plata que desató el recuento de una leyenda de amor. Se dice que el Virrey Baltazar de Zúñiga y Guzmán, el creador del convento fue famoso por su soltería en la Nueva España. Sólo una vez se enamoró profundamente de una joven indígena muy bella, pero por desgracia, una monja. Después de que ella lo rechazara, el virrey volvió a España y murió soltero. El virrey le juró amor y como prueba mandó a que una vez muerto le enviaran a su amada su corazón en un cofre de plata. Hoy permanecen enclaustrados en el convento de Santa Isabel.
Sin duda el Centro Histórico de Ciudad de México aún tiene muchos espacios por descubrir, donde cada día puede ser un viaje mágico, lleno de historias sorprendentes. ¿Te gustaría vivir cerca de estos lugares fascinantes? Visita nuestro desarrollo Edificio Dónde a unos minutos del Centro de la Ciudad de México y déjate envolver por las calles llenas de historia. https://edificiodonde.reurbano.mx/