Nuestra conciencia por el cuidado de los recursos ha ido en aumento, buscamos no desperdiciar, no usar desechables, disminuir la compra de ropa y en su lugar adquirir productos sustentables. Nuestros hábitos también se han modificado, optamos por un estilo de vida más sano acorde a esta tendencia. Nos hace sentir mejor saber que los espacios que habitamos, son espacios rescatados, que mantienen su esencia y se mezclan y revitalizan la dinámica citadina de vanguardia.

En este contexto surge la arquitectura de reciclaje, la cual aprovecha la estructura física de edificios existentes que han sido abandonados y la adapta, dándole un nuevo uso e impactando positivamente el entorno donde se yerguen. El aprovechamiento de las edificaciones se plantean como pieza clave de una nueva ecología urbana o arquitectónica, “en algunos casos el reciclaje arquitectónico es más conveniente y menos perjudicial al medioambiente, que la destrucción y edificación de uno nuevo, además revive el tejido urbano y social” (Cárdenas, 2008).


El reciclaje arquitectónico se ha puesto de manifiesto debido a la intervención de excepcionales arquitectos que han transformado el patrimonio histórico de las ciudades. Ante la existencia numerosas edificaciones históricas, culturales o de gran calidad, que han caído en desuso y ante la falta de superficies edificables en las ciudades, se hace necesario el reciclaje arquitectónico.

Restaurar, rehabilitar y reciclar son acciones que ayudan a la protección del patrimonio, acondicionando los espacios a las nuevas demandas de la sociedad,
todas estas acciones contribuyen a la apropiación de dichos inmuebles por parte de los ciudadanos, alcanzando así la persistencia en la memoria. Además, tenemos construcciones que se convierten en herramientas de aprendizaje pluricultural, donde se mantiene la esencia y se mezcla con la funcionalidad.

Ejemplos en todo el mundo hay muchos como lo son: Miguel Couto/ Cité Arquitectura, Brasil o High Line Park, Nueva York. En México podemos edificios que
han sido rehabilitados, tal es el caso de Havre 69, que se caracteriza por ser un conjunto habitacional del siglo XIX en la colonia Juárez que propone un espacio de usos múltiples que, al combinar la vivienda con espacios comerciales, se elonga hacia el exterior, generando vida peatonal en el sitio.

La innovación en este proyecto, que fue reconocida en 2015 como una de las mejores obras por el prestigioso portal de ArchDaily México, consistió en revalorizar y rescatar un edificio deteriorado, con relevancia histórica y al modificar su uso, se logró potencializar la zona.

Fuentes:
Calleja, M. (2014). Reciclaje Arquitectónico: Definición, historia y capacidad.
Cárdenas Arroyo, E. (2008). Arquitecturas transformadas: reutilización adaptativa de edificaciones en Lisboa 1980-2002. Los antiguos conventos. Universitat Politècnica de Catalunya.
Campos López, G. (2020). Reseña de los conceptos: reciclaje, restauración y rehabilitación desde el punto de vista arquitectónico.

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